La sensación de privación relativa entre el profesorado universitario es un fenómeno creciente, especialmente cuando se compara su estatus, remuneración y reconocimiento con otras profesiones de similar exigencia académica y social. Aunque los docentes universitarios desempeñan un rol crucial en la formación de profesionales y en la producción de conocimiento, muchas veces su labor no es suficientemente valorada ni compensada, lo cual genera frustración, desgaste emocional y desmotivación. Esta brecha entre las expectativas profesionales y las condiciones reales contribuye a una percepción de injusticia estructural.

Este desfase se agudiza en contextos donde las métricas de productividad académica presionan para publicar constantemente, captar recursos y cumplir con múltiples roles administrativos, sin un reconocimiento proporcional. Además, la falta de estabilidad laboral, el estancamiento salarial y la burocratización de las funciones académicas debilitan la vocación docente y erosionan la identidad profesional. En comparación con profesiones más tecnificadas o del sector privado, donde las recompensas económicas y sociales son más visibles, el docente universitario puede experimentar una forma de "invisibilización institucional".

En este sentido, estudios como la Encuesta Global sobre la Deprivación Relativa del Profesorado son fundamentales para visibilizar el malestar estructural de la academia y generar evidencia que sustente reformas. Atender esta problemática no es solo una cuestión de justicia laboral, sino también de sostenibilidad del sistema educativo superior. La calidad de la educación y la innovación científica dependen directamente del bienestar y la valoración del profesorado, por lo que reconocer su privación relativa es un primer paso hacia su dignificación.

Thank you, Miguel Arturo Torres Roberto, for your comments. I agree with you. More research attention is required for this important issue. This issue affects many university teachers, and understanding it better could lead to more effective solutions. Collaborative efforts among researchers, policymakers, and stakeholders will be essential in advancing our knowledge and addressing the challenges at hand.