Para hacer frente a los cambios en la sociedad y la tecnología, los profesionales del trabajo social necesitan formarse en nuevas herramientas digitales, brindar servicios en línea, examinar información, emplear métodos respaldados por pruebas, incentivar la implicación de la comunidad, establecer redes de colaboración, impulsar la educación digital y adaptarse a nuevas situaciones. De esta manera, se garantiza el respaldo a las comunidades en riesgo en un entorno en constante evolución.