Es decir, dos hijos tratados de manera igualitaria, habiéndose inculcado los mismos valores a los mismos y criándose en el mismo núcleo familiar, por qué piden darse tantos casos de igualdad o distinción de personalidades entre ellos.
Por ejemplo, dos hijas tratadas y criadas de la misma manera, una le gusta vestir muy elegante y hablar de manera muy ética y educada y la otra casi no se preocupa por su apariencia personal y habla de manera vulgar, incluso algo soez.