El riesgo macroeconómico de aranceles unilaterales que generen represalias es alto. Las tarifas de un país pueden llevar a otros a imponer las suyas, creando una guerra comercial que daña exportaciones, fragmenta cadenas de suministro, eleva costos (inflación) y frena el crecimiento global, erosionando la confianza y aumentando la volatilidad.