La educación y sensibilización en igualdad de género dentro de las empresas pueden ayudar a visibilizar la brecha salarial y cambiar actitudes, pero por sí solas no garantizan una reducción real de las desigualdades. Sin medidas como la transparencia salarial, la conciliación laboral equitativa y la implementación de sanciones efectivas contra la discriminación, dicho problema persiste.