La disminución de la participación cívica entre los jóvenes en los últimos años es un fenómeno complejo y multifacético, influido por diversos factores. Uno de los más relevantes es la desconfianza en las instituciones. Muchos jóvenes han perdido la confianza en las instituciones políticas y gubernamentales, percibiéndolas como ineficaces, corruptas o desconectadas de sus realidades. Esta desconfianza puede llevar a una menor motivación para participar en actividades cívicas, como votar o involucrarse en movimientos sociales, ya que sienten que sus voces no tienen un impacto real. La cultura de individualismo y consumismo también ha influido en esta tendencia. La creciente orientación hacia el individualismo y el consumismo en las sociedades contemporáneas ha hecho que muchas personas, especialmente los jóvenes, estén más centradas en sus intereses personales y materiales que en cuestiones colectivas o comunitarias. Esto ha llevado a una menor implicación en actividades cívicas o voluntarias.
El impacto de las redes sociales es otro factor relevante.