En que factores pueden intervenir los trabajadores sociales y de qué manera. Qué acciones se están llevando acabo actualmente desde el trabajo social y qué futuros retos presenta esta problemática para nuestra profesión.
La violencia filio-parental no parece suponer un gran problema en España, pero la realidad es que solo el 10% de los casos son denunciados, debido al sofoco de los padres y una sensación de fracaso con respecto al desarrollo de sus hijos y la enseñanza que les han dado. Desde el Trabajo Social, la principal función debe ser la prevención mediante diferentes técnicas, como la existencia de escuelas de padres y familias, donde se trata el tema de la culpa y el pesar psicológico que pueden traer estos padres, además de instruir sobre cómo proceder en estos casos dependiendo del punto de desarrollo del caso. Además, se encarga de ser un apoyo y acompañamiento para las familias en esta situación. Los trabajadores sociales pertenecen también a equipos psicosociales que pueden actuar en centros educativos, donde en algunas ocasiones se detectan estos casos o se notifica mediante el familiar que lo sufre. No solo en centros educativos, sino en los propios centros de menores existen grupos y dinámicas específicos para los temas de violencia flio-parental. El rol de la detección es tan importante como el de prevención. Cuando la familia ya está sufriendo este tipo de violencia, el trabajador social debe estar capacitado para poder entender esta demanda implícita de instrucción y acompañamiento; las familias no saben cómo proceder en estos casos. En la actualidad, estos son los programas que se llevan a cabo, pero se prevé que en el futuro, muchos más casos sean denunciados gracias a la difusión de los medios de comunicación. Para este futuro del que hablamos, es necesaria la continua investigación debido a la poca información actual. Como conclusión, los trabajadores sociales se encargan de la prevención antes de que ocurran, pero si la situación ya ha avanzado, deben ser un apoyo para estas familias, así como para el menor en la mejora de su situación.
Hay muchos factores en los que los trabajadores sociales pueden intervenir en la violencia filio-parental; como puede ser la evaluación y diagnóstico para llegar a comprender la naturaleza de dicha situación y la recopilación de información del entorno familiar, intervención individualizada; así como terapia individual y familiar o la derivación a servicios sociales si esto fuera necesario dependiendo de la gravedad de la situación. Otro factor puede ser el apoyo emocional y la eduación, incluyendo espacios seguros para que la familia muestre sus sentimientos o educar a los miembros de dicha familia sobre habilidades de comunicación o manejo de la ira.
El trabajo social frente a la violencia filioparental, busca entender la situación familiar, apoyo a los familiares e hijos, mejorar la comunicación y enseñar maneras saludables de enfrentar problemas. Trabajar en equipo con otro profesionales, como psicólogos es clave para una ayuda completa y prevenir futuros problemas familiares
La violencia filio-parental debería ser tratada (mirándola con una perspectiva del trabajo social) desde la sensibilización y prevención. Datos recogido en la Fundación Amigó en 2022, exponen que cada año en España se abren aproximadamente unos 4000 expedientes nuevos a jóvenes que ejercen este tipo de violencia intra-familiar, siendo también Andalucía donde se han registrado más casos en los últimos años, y del mismo modo, siendo tan solo un 15% de los casos denunciados. Conociendo estos datos, nos percatamos de la gran invisibilización de la problemática, esto puede ser debido a diversas causas tales como la normalización por parte de los progenitores de esta violencia o por los sentimientos de vergüenza y culpa de los mismos. Es por eso, que la función de los/las trabajadores/as sociales no solo se basa en la intervención con estas familias, sino en dar a conocer de qué se trata la violencia filio-parental, cómo detectarla y qué hacer si me encuentro en dicha situación. De esta manera, podemos visibilizar el problema, ayudar a detectarlo e incluso prevenir comportamientos violentos futuros en el núcleo familiar, puesto que si saben como detectar si se encuentran es esta situación, podrán saber también qué actuación llevar a cabo.
Por último, destacar que no podemos olvidar la importancia de las intervenciones multidisciplinares para así conseguir unos resultados efectivos y una intervención completa.