La formación del profesor universitario con el tiempo se ha venido asociando a procesos de hiper-especialización (sigue generando diversa información). No asumo esa cualidad como negativa en tanto todo cuanto represente dicha formación se asuma desde procesos pedagógicos y didácticos que reivindiquen al pensamiento del profesor en formación y las formas particulares de generar conocimiento con base en sus propias prácticas cotidianas de enseñanza. Este asunto pasaría por asumir por ejemplo a la reflexión sobre la misma acción o práctica (como propuso Donald Schön hace unas décadas) y a la identificación de los distintos estilos de pensamiento con que operan en el mundo los profesores universitarios. Aquí por ejemplo nos pudiéramos encontrar con el binomio entre teorías implícitas y teorías en uso para la enseñanza, dos aspectos innegablemente asociados al estilo de pensamiento (de acción cognitiva-comportamental) con el cual el profesor resuelve y organiza problemas de enseñanza y aprendizaje.