Esta pregunta hace referencia a las principales actuaciones, que un trabajador o una trabajadora social, debe de aplicar cuando se encuentra con un menor en riesgo de exclusión social, para que no derive a dicha exclusión.
En el ámbito del trabajo social, las principales acciones de respuesta con respecto a menores en riesgo de exclusión social incluyen la prevención, la intervención educativa, la promoción de la participación familiar y el acceso a programas de apoyo social. La prevención se centra en identificar factores de riesgo y promover entornos seguros y protectores para los menores y sus familias, con el objetivo de evitar la exclusión social. La intervención educativa busca construir contextos enriquecedores que fomenten el desarrollo integral de los menores, brindándoles nuevas experiencias que les permitan crecer y superar situaciones de vulnerabilidad. También se promueve la participación familiar, reconociendo la importancia de la atención, cuidado, protección y educación de los menores, y se facilita el acceso a programas de apoyo social que aborden las necesidades específicas de cada situación. Estas acciones buscan garantizar el bienestar físico, psicológico y social de los menores en riesgo de exclusión social, promoviendo su integración y desarrollo óptimo dentro de la sociedad.
La exclusión social es una situación en la que no todas las personas tienen el mismo acceso a las oportunidades y servicios que les permiten llevar una vida digna y feliz: desde no poder participar y que se escuche su voz sobre las normas de la sociedad en la que viven, a no acceder a servicios e infraestructuras básicas como la electricidad y el agua corriente, la educación pública, la sanidad o el sistema de bienestar social.
(Jonathan Day, junio 14,2021)
Los trabajadores sociales intervienen desde:
- Ayudarlo a entender lo que está observando.
- Informarle sobre recursos en su localidad.
- Explicarle quién podría ayudar en la escuela y cómo contactarlo.