Con esta pregunta se pretende identificar los métodos y técnicas más adecuadas para abordar las razones por las que las personas drogopendientes totalmente rehabilitadas, se encuentran en situación de exclusión social y, a veces, laboral.
Su objetivo es reducir el estigma y promover una visión más comprensiva y empática. También se pretende promover la participación activa de las personas en la toma de decisiones sobre adicción a las drogas y el diseño de programas y servicios que les afectan. Esto requiere reconocer sus experiencias y conocimientos y derechos de toma de decisiones en las intervenciones y políticas de adicción a las drogas.El trabajo social también se centra en fortalecer las relaciones y la red de apoyo de las personas que sufren de adicción a las drogas. Esto incluye brindar apoyo emocional, social y práctico y promover la participación en grupos de autoayuda y actividades comunitarias que promuevan la inclusión y la integración social.También tiene como objetivo promover la igualdad de oportunidades y el acceso a servicios de calidad para los drogadictos. Esto requiere colaboración con otros profesionales de la salud y diversos sectores, y la promoción de políticas públicas que sean inclusivas y respeten los derechos humanos.Finalmente, el trabajo social aborda el estigma y la discriminación asociados con la drogadicción a través de la educación y la participación activa. Este enfoque tiene como objetivo crear un cambio social y cultural que promueva una sociedad más inclusiva y libre de estigmas.
Para abordar metodológicamente el estigma y la discriminación asociados a las drogodependencias desde el trabajo social, se pueden seguir los siguientes pasos:
Sensibilización y concienciación: Es fundamental sensibilizar a la sociedad sobre el impacto del estigma y la discriminación en las personas con drogodependencias, así como en sus familias y en la comunidad en general.
Formación y capacitación: Es importante que los profesionales del trabajo social reciban formación especializada en drogodependencias, estigma y discriminación, para poder abordar de manera adecuada estas problemáticas en su trabajo diario.
Promoción de la autonomía y empoderamiento: Se debe fomentar la autonomía de las personas con drogodependencias, fortaleciendo su capacidad de tomar decisiones sobre su vida y apoyándolas en su proceso de recuperación.
Reducción de barreras: Es necesario identificar y reducir las barreras que impiden a las personas con drogodependencias acceder a los recursos y servicios necesarios para su recuperación, como el acceso a tratamientos médicos, sociales y psicológicos.
Trabajo en red: Es importante establecer alianzas con otros profesionales y organizaciones que trabajen en el ámbito de las drogodependencias, para poder ofrecer una atención integral y coordinada a las personas afectadas.
Promoción de la inclusión social: Se deben promover acciones que favorezcan la inclusión social de las personas con drogodependencias, luchando contra el rechazo y la exclusión social a la que muchas veces se ven sometidas.
Evaluación y seguimiento: Es fundamental evaluar periódicamente el impacto de las intervenciones realizadas en la reducción del estigma y la discriminación asociados a las drogodependencias, para poder ajustar las estrategias de intervención y mejorar los resultados obtenidos.